Las mejores cosas en la vida nos despeinan.
Un buen baile, un alocado salto, un abrazo a un viejo amigo, un beso apasionado en medio de la lluvia, el pasar del viento sobre nuestro rostro.
Seamos nosotros mismos, pongamos de lado el que diran y preguntemonos si verdaderamente estamos siendo aquello que hemos soñado.
Vivamos intensamente cada minuto y hagamos de nuestro espacio un sitio para volar con el cabello sobre nuestro rostro completamente despeinado.